Dalmiro Saenz es un escritor famoso. Luis Eduardo Duhalde un juez de la Nación. Jorge Cepernic un prestigioso político, ex gobernador de una provincia patagónica, Alfredo Ferraresi dirigente Sindical. No se conocían entre sí, pero se les enseñó desde niños que eran ciudadanos de un pais rico, en una tierra amplia y generosa y de cuyo destino formarían parte inexorablemente. Andrés Castillo, Roberto Digón, Ernesto Villanueva conocieron el miedo junto a miles de niños de su generación, en 1955, cuando las bombas cayeron sobre Plaza de Mayo, como si fueran parte de un juego de guerra. Crecer entre los “viejos” de la Resistencia o en medio de familias conservadoras y antiperonistas no impidió que un espacio nuevo se conformara, hilvanando entre todos ellos historias conmovedoras que conforman la identidad de nuestro pais. Saenz, hijo de un almirante, Cepernic, hijo de un inmigrante croata, Lito Nebbia hijo único de músicos bohemios, Juan Manuel Abal Medina integrante de una familia tradicional y cristiana, Lita Artola creciendo en un barrio de trabajadores peronistas, Jorge Lewinger hijo de inmigrantes judíos, alguna vez fueron miembros de un movimiento que intentó convertir en una realidad Argentina las utopías de revolución que flotaban en el viento de los años '60. “Compañeros, las tacuaras en alto que viene la gaucha a defendernos” proclamaron los mineros mendocinos ante una conmocionada Susana Sanz, abogada y defensora de trabajadores en conflicto, en aquellas épocas de la CGT de los argentinos. Mientras Roberto Perdía planificaba la ruta de Ho Chi Minh, en el monte chaqueño. Isabel Eckerl hija de un inmigrante austriaco que no concebía su relación con el peronismo por fascista, Fernando Vaca Narvaja, uno de los 12 hijos de una familia tradicional de Córdoba y Chichín Rivero nacido en el monte jujeño, conformaron aquella gloriosa Juventud Peronista, que conmociona en mayo de 1970, con el secuestro y muerte del ex dictador Pedro J. Aramburu, el hombre que había liderado en 1955 el golpe de Estado que derribó el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón. El 25 de Mayo de 1973 cientos de miles festejaban el retorno a la democracia, el triunfo del peronismo en una elección sin proscripciones y fundamentalmente se disponían a vivir en una patria más justa, que comenzaba aquel día después de años de resistencia y luchas. Para los que sobrevivieron a los años de lucha en la clandestinidad, a la cárcel, al exilio, y a la dictadura militar 1976-1983, aquellos fueron los años más felices de su vida. ¿Cómo fue ese proceso? ¿Cómo crecieron y vivieron los acontecimientos políticos de aquellos años de infancia? ¿Cuál fue su imaginario? ¿Cuál su deber ser? ¿Por qué gente de orígenes tan distintos, experiencias políticas previas casi antinómicas y vidas posteriores contrastantes creyeron juntas que era posible una revolución con el peronismo como fuerza hegemónica?
Testimonios de 30 entrevistados, imágenes de archivo y ficciones se suceden transmitiendo las motivaciones, los sentimientos, los deseos, de aquel grito de corazón del 25 de mayo de 1973.
Entre ellos, dos de los testimonios son de compañeros y actualmente funcionarios de nuestro municipio.
Chichin Rivero – Hijo de un trabajador rural de Jujuy. Integrante del Frente Villero Peronista.
Lila – Militante barrial de Montoneros de zona Sur, provincia de Buenos Aires.